El Principito - El extranjero

El Principito (1943, Antoine de Saint-Exupéry) y El Extranjero (1942, Albert Camus) son dos libros escritos durante la II Guerra Mundial por dos escritores que llegaron a su madurez entre las ruinas y la desesperanza de la Europa de postguerra. Sin embargo, son obras opuestas.

Las diferencias entre ambos son muy evidentes. El Principito trata el proceso de individuación del hombre, el conocimiento de uno mismo, la búsqueda del sentido de la vida: "Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo, es porque eres un verdadero sabio."

Por el contrario, El Extranjero refleja la incapacidad de encontrar un sentido a la existencia, la carencia de valores y la insensibilidad producida por tanta guerra y destrucción. “Me preguntó si quería casarme con ella. Le dije que me daba igual y que podíamos hacerlo si era su deseo. Me preguntó entonces si la quería. Contesté que nada significaba eso, pero que ciertamente no la quería […] la cosa no tenía importancia alguna.”

El principito busca su lugar en el mundo y para ello se relaciona, se implica, quiere conocer, asombrarse, vivir, amar: "Lo que embellece el desierto... es que esconde un pozo en cualquier parte." Conoce a distintas clases de personas con formas muy diferentes de afrontar la vida y al final encuentra una amistad verdadera: “Cuando mires el cielo de noche, como yo habitaré en una de ellas, como reiré en una de ellas, te parecerá como si todas las estrellas rieran. ¡Tú, tú tendrás esas estrellas que saben reír!”

Meursault, el protagonista de El extranjero, es incapaz de implicarse en nada ni con nadie, vive porque no le queda más remedio y de manera absurda, es dominado por sus impulsos naturales y no tiene ni metas ni motivaciones. De hecho, no puede lamentar nada verdaderamente y no quiso ni a su propia madre: “Dijo que yo no había querido ver a mamá, que no había llorado ni una sola vez y que me había ido inmediatamente después del entierro sin recogerme ante su tumba.”

Para concluir analizaremos la opinión que la vida y la muerte merece de ambos personajes. Para Meursault “todo el mundo sabe que la vida no vale la pena ser vivida” y la muerte “pertenecía al orden natural de las cosas”. Vive sin esperanza y con el pensamiento de que va a morir totalmente.

Para el principito la vida es la flor, el amor y la amistad: "Si uno ama una flor de la cual no existe otro ejemplar en millones y millones de estrellas, es suficiente para ser feliz, sólo mirarla." La muerte no es tan dolorosa porque la comparte con alguien, ya que ha conocido el verdadero sentido de la vida, que es compartir la amistad: "Es bueno haber tenido un amigo aun cuando uno va a morir." Una amistad que va más allá de la muerte.

Las personas que solo piensan en ellas mismas no son felices, sufren por lo que no tienen y no disfrutan de lo que tienen (El extranjero). Las personas que buscan compartir, que quieren amistad y la cuidan, son más felices y sufren menos (El principito). La actitud que tomemos ante la vida hace que encontremos un sentido a la existencia.

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Sobre mí

Soy un chaval de ya 18 años al que le encanta leer. Con este blog pretendo dar mi punto de vista sobre los libros que me vaya leyendo. Espero que paséis un buen rato.

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