Hijos de un rey godo es una novela de aventuras acerca del esplendor del reino visigodo: una historia llena de amor, camadería, remordimiento, venganza y afán de poder. La novela arranca con el reencuentro entre Swinthila y Liuva, hermanos y descendientes del rey Recaredo. Tras un corto y trágico reinado, Liuva decidió esconderse en las montañas cántabras. Al encontrarlo, Swinthila pretende recobrar la carta de su madre, la reina Baddo, para así encontrar la copa de poder con la que recuperar el trono usurpado a su familia.
Esta carta narra la historia de los hijos del rey Leovigildo, Hermenegildo y Recaredo, así como el secreto de esta copa sagrada. De este modo, la primera esposa de Leovigildo – madre de éstos - pide a sus hijos en su lecho de muerte que recuperen y devuelvan la copa a un santuario oculto en las montañas astures. La paz entre los pueblos hispanos no será posible hasta que el cáliz regrese allí.
Sin embargo, tras viajar a los territorios cántabros, la vida de los dos hermanos toma un giro inesperado. Recaredo conoce a Baddo, de la cual se enamora perdidamente hasta el punto de desafiar las leyes de los cántabros y los proyectos de Leovigildo. Mientras, Hermenegildo descubre la verdad sobre sus orígenes; un misterio que provocará un grave conflicto con su padre, el rey Leovigildo, y que desembocará en una cruenta guerra civil en la que ambos hermanos deberán combatir en bandos opuestos.
Conocedores ya del pasado, Swinthila y Liuva se enfrentarán a su destino.
Valoración personal
Hijos de un rey godo me ha impresionado gratamente en varios aspectos. Para empezar, la época en la que se desarrolla. La era visigoda es quizás la menos conocida – y reconocida – de la historia de España. Sin embargo, después de leer este libro he descubierto muchos aspectos sobre ella que me eran desconocidos; particularmente me ha llamado la atención la disputa entre el catolicismo y el arrianismo, y la importancia que le daban los reyes godos – tanto Leovigildo como Recaredo - a la unidad religiosa.
El personaje de Hermenegildo ha sido el que más me ha llamado la atención por su honradez, su integridad y su lealtad a sí mismo. Buscó la verdad durante toda su vida y al final acabó encontrándola, pese a que ese hecho le costara la muerte. También me gustaría comentar los personajes de Isidoro de Sevilla y Leandro, los cuales me han parecido de gran interés por sus disputas tanto filosóficas como teológicas con los sabios de la época y su rectitud durante sus vidas.
Para finalizar este comentario quiero señalar que la autora se ha tomado la molestia de aclarar al final del libro qué partes pertenecen a la realidad y qué partes a la ficción, siendo muy de agradecer en el género de la novela histórica, el cual es proclive a las manipulaciones e intereses ideológicos.
Jose Lasso